Los Tres son personas motivadas, eficientes y emprendedoras. Son personas con mucha energía, que creen en sí mismas y en desarrollar sus talentos. Los Tres quieren lograr el éxito tal como lo define su cultura, su familia o su círculo social. Para alcanzar este objetivo, actúan para recibir elogios y atención, razón por la cual a menudo se les llama “Logradores” o “Triunfadores”.
Los Tres son excelentes para lograr que las cosas se hagan, pero tienen problemas para acceder a sus propios sentimientos y desarrollar un sentido de identidad, que sea independiente de cómo los ven los demás. Tienen la necesidad de ser vistos como exitosos, por esto podría convertirles en adictos al trabajo, deshonestos e incluso llegar a fingir ser alguien que no son.
El Tipo Tres suele ser el tipo más impresionante cuando se observa desde el exterior. Son encantadores, atractivos y parecen tener todo bajo control en todo momento. Trabajan duro y, de hecho, en su tiempo libre puede parecer que aún están "en el trabajo". Los Tres pueden ser muy inspiradores y, por lo general, tienen muchos admiradores.
Los Tres saben cómo hacer las cosas de manera rápida, eficiente y con la mayor probabilidad de éxito. Saben cómo venderse a sí mismos y, básicamente, cualquier otra cosa también. Tienen un ojo increíble para detectar lo que otras personas quieren y la habilidad de convertirse en la persona que puede darles exactamente eso. Sin embargo, detrás de su apariencia deslumbrante, los Tres son impulsados por un motor implacable que nunca está satisfecho con sus logros, y que siempre les exige más. Otras personas tienen la sensación de que no todo puede ser tan glamoroso como los Tres lo presentan, lo que les hace parecer superficiales, vacíos y poco auténticos.
Los Tres quieren ser vistos y valorados por sus logros, y ponen mucho esfuerzo en presentar una imagen impresionante y admirable a los demás.
Los Tres son parte del “grupo del corazón“ del Eneagrama, junto con los Dos y los Cuatro. Los tres tipos tienen una relación especial con la vergüenza y su sentido de autoestima. Los Cuatro anhelan ser auténticos y únicos. Los Dos intentan obtener amor y aceptación entregándose a los demás. Los Tres temen no ser dignos de amor si no tienen un desempeño excepcional.
Durante la infancia, los Tres recibieron el mensaje de que su valor dependía de cumplir las expectativas de los demás. El amor solo se podía ganar haciendo cosas que cumplieran con esos estándares, por lo que los Tres han tratado de convertirse en el prototipo perfecto del hijo ejemplar. Para funcionar a ese nivel, tuvieron que dejar de lado sus emociones. No era aceptable tener su propia identidad y definición de lo que era necesario para ganar amor. Así que aprendieron a tratar siempre de ser los mejores, y si no podían llegar a eso, aprendieron que fingir que lo eran podría llevarlos igual de lejos.
Los Tres creen que eres lo que haces. Viven en un mundo donde solo vales tanto como tu último éxito, por lo que con cada objetivo que logran, ya están enfocados en el siguiente, lo que significa que nunca pueden tomarse un descanso realmente. Dado que extraen la definición de éxito de la cultura que los rodea, terminan persiguiendo símbolos de estatus y logros que ni siquiera son necesariamente los suyos.
Por eso, el principal desafío para los Tipo Tres es la honestidad y la autenticidad. Han pasado tanto tiempo siendo lo que los demás necesitaban que fueran que ni siquiera saben quiénes son cuando nadie los está mirando.
Los Tres se vuelven saludables una vez que dejan de perseguir la admiración y los elogios de los demás. Al hacerlo, finalmente pueden tomarse un descanso, disfrutar de sus logros sin necesidad de correr instantáneamente hacia el siguiente, ser honestos con sus propias emociones y conectar con quién quieren ser y con lo que quieren de la vida.
El mensaje que los Tres deben entender es que son amados y valorados por quienes son, no por cuán bien cumplen con las expectativas de los demás. Sus sentimientos e identidad importan. Tienen permitido redescubrir lo que personalmente definen como valioso y exitoso.
Tu personalidad no es algo fijo. Las personas crecen. Aunque no cambiamos nuestra personalidad básica, todos podemos volvernos más maduros y saludables dentro de nuestra personalidad. Pero a veces, también recurrimos a comportamientos menos saludables. Esto se ve diferente para cada tipo de personalidad. Veamos cómo se expresa en los Tres.
En niveles promedio de salud psicológica, la prioridad de los Tres es ser vistos por los demás como personas exitosas y realizadas, y para eso, están dispuestos a convertirse en la persona que otros necesitan que sean. Los Tres tienen una habilidad increíble para interpretar adecuadamente el ambiente, e intuir lo que los miembros de un grupo determinado valoran, para luego convertirse en alguien que gane la aprobación de esas personas. Con estas habilidades sociales, tienen facilidad para ser parte de los “chicos populares”. Pero debido a ese enfoque en su imagen y estatus, los Tres promedio tienden a tener problemas para ser realmente honestos consigo mismos, y a veces con los demás. Es difícil saber quién eres cuando pasas todos tus días siendo lo que otros quieren que seas.
Cuando psicológicamente no están saludables, los Tres no aprenden a desconectar su autoestima de sus logros. La necesidad de ser elogiados por lo que hacen se convierte en desesperación. Comienzan a pagar precios cada vez más altos para obtener esa victoria, esa promoción, esa mujer o ese hombre que creen necesitar para ser felices. Los Tres no saludables a menudo se convierten en adictos al trabajo, se agotan o eventualmente se quedan atrapados en su propia red de mentiras. Estas pueden ser las historias más tristes: Tres que nunca aprendieron a ser honestos consigo mismos.
Los Tres saludables han aprendido a amarse a sí mismos por quienes son, y no por lo que hacen o por lo que otros piensan de ellos. Esto también les permite amar libremente a los demás. Si combinas este rasgo con la ambición, la energía y la ética de trabajo orientada a objetivos de los Tres, puedes imaginar que los Tres saludables se convierten en verdaderos motores de acción que contribuyen a algo más grande que ellos mismos. Como ya no necesitan mentir sobre sí mismos, se convierten en modelos a seguir que genuinamente inspiran a los demás.
El ala Tipo Dos hace que los Tres sean más empáticos y enfocados en los demás. Se sienten cómodos ayudando a otros y se vuelven más idealistas, teniendo altos estándares en su ética de trabajo y su conducta personal. Para saber más sobre esta combinación de tipo y ala, haz clic aquí.
El ala Tipo Cuatro agrega un poco de contradicción al Tres extrovertido y orientado al rendimiento. Los hace más conscientes de sí mismos, auténticos y les desarrolla un sentido para lo estético. Para saber más sobre esta combinación de tipo y ala, haz clic aquí.
No es inusual que las personas no estén seguras de cuál es realmente su tipo de personalidad del Eneagrama. Si es tu caso, no te preocupes, es totalmente normal. El Eneagrama no solo analiza tu comportamiento, sino la motivación detrás de tu comportamiento. Esto significa que algunos Tipos pueden parecer similares por fuera.
En el caso del Tipo Tres, lo que puede ocurrir frecuentemente es que se confunden con los Tipo Siete y Ocho. A veces, incluso con los tipos Cinco, Uno y Nueve.
Dado que un Tipo Uno puede tener dos alas, Dos o Cuatro, es posible que confundas a una de ellas con tu tipo principal. Puedes aprender cómo diferenciar con seguridad el Tipo Tres de los demás tipos del Eneagrama aquí.
Descubrir tu tipo de Eneagrama no debería ser el final del viaje de descubrimiento de tu personalidad. El Eneagrama es una herramienta increíble para ayudarte en tu camino hacia una mayor autoconciencia y autoaceptación.
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